Sucedió en el trono a su hermano Ordoño II cuando tenía ya unos cincuenta años, y hasta ese momento había gobernado Asturias y Cantabria. Según las crónicas de la época, Fruela cometió varios asesinatos, lo que le convirtió en un rey impopular. Esta impopularidad aumentó porque persiguió a sus sobrinos (los hijos de Ordoño II) para evitar que reclamaran el trono.
Su reinado solo duró un año, no padeció ataques musulmanes, aunque tampoco realizó ninguno. Los historiadores de la época dicen que Fruela murió de muerte natural, aunque los de las épocas posteriores dicen que falleció de lepra: por ello a veces se le llama “el Leproso”. Tenía tres hijos varones, así que fue sucedido por el mayor, Alfonso Froilaz. Pero los hijos de su hermano Ordoño II se opusieron, así que la guerra civil se hizo inevitable.