Ordoño III (950-956)

Ordoño III, al igual que su padre Ramiro II, tuvo que enfrentarse a Abderramán III, porque este soberano musulmán vivió mucho tiempo y gobernó al-Ándalus durante casi cincuenta años. Hubo luchas entre Ordoño y Abderramán casi todos los años. Los historiadores musulmanes cuentan que Abderramán ganó todas las batallas, mientras que los leoneses solo hablan de las victorias de Ordoño. Ni unos ni otros tienen toda la razón: una de las labores de los historiadores actuales consiste en comparar las versiones de ambos bandos para tratar de averiguar la realidad.

Ordoño tuvo que sofocar varias rebeliones a lo largo de su reinado. Una estuvo dirigida por Sancho, su propio hermano, que contaba con la ayuda del reino de Pamplona y de Fernán González, el conde de Castilla. A pesar de ello, Ordoño los venció, y Sancho tuvo que huir del reino.

Uno de sus mayores triunfos fue saquear la lejana y musulmana Lisboa. En los últimos años de su reinado firmó unas treguas con Abderramán III, lo que trajo algo de paz al reino leonés.

Un historiador de la época dice de Ordoño que era prudente, y un gran estratega militar. Ordoño III falleció en Zamora en torno a septiembre del año 956. Tuvo un hijo llamado Bermudo, que reinaría mucho después (984-999), porque Ordoño fue sucedido por su traicionero hermano, Sancho.